Siete principios para gestionar la transparencia

  • Temáticas
    América latina
    Asuntos Europeos
    Reputación
    Sostenibilidad ESG
  • Sector
    Tecnologías de la Información y la Comunicación
    Otros
    Servicios Profesionales
  • Países
    Colombia
    España
    Portugal
    Bruselas / Unión Europea
    Global

La era digital en la que habitamos es el resultado de la confluencia de las telecomunicaciones y los sistemas de información. Y su principal consecuencia es que ha facilitado, democratizado, universalizado y acelerado el acceso a la información y, a través de ésta, al conocimiento. El ciudadano digital del siglo XXI está empoderado para acceder a la información que necesita prácticamente en cualquier momento y lugar. En muchas circunstancias su vida se desarrolla y proyecta on line y on live.

En la facilidad de acceso se esconde un cambio de paradigma relevante: el poder ya no se apalanca en la posesión de la información, sino en la capacidad para distribuirla. La información no se da, se toma. De alguna forma el ciudadano ha recuperado la cuota de poder que había cedido a instituciones colectivas. Los tiempos de internet también han derribado un segundo paradigma: abordar la información y el conocimiento desde una perspectiva de control. En un entorno caracterizado por las incertidumbres, pretender controlar la información sólo puede conducir a la ansiedad. No existe la posibilidad de elegir entre informar y no informar e incluso con frecuencia ni siquiera la opción de cuándo informar.

Los cambios de paradigma en torno a la propiedad de la información, desamortizada en buena medida, al (des)control de la misma y a los efectos que produce conducen a un nuevo escenario para la comunicación en el que la transparencia no es una estrategia, ni una opción, sino una condición insoslayable.

 

LA MISIÓN DEL DIRCOM

Situada en la vanguardia de los procesos de comunicación, la transparencia no sólo es un antídoto contra las conductas indebidas, sino una oportunidad para generar valor en forma de credibilidad, confianza, respeto y compromiso.

En consecuencia, una de las misiones más importantes del director de comunicación es crear espacios seguros de diálogo en los que se produzca un intercambio sincero de información entre los stakeholders y la organización. El comunicador tiene, además, la responsabilidad de generar contenidos relevantes para que sean debatidos en esos espacios, así como trasladar a los decisores las reflexiones que proceden de tales conversaciones.

Autores

José Manuel Velasco

Material descargable