Los grupos de influencia en el nuevo Gobierno de López Obrador

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Durante este año, más de 40 países han celebrado elecciones para seleccionar a su primer mandatario, lo que nos ha permitido ser testigos de diversos fenómenos que han impactado en la percepción y en las realidades de las democracias alrededor del mundo. Concretamente, en México, pudimos observar una jornada electoral histórica el 1 de julio de 2018. En ella, 89 millones de ciudadanos estaban llamados a las urnas. Finalmente, alrededor de 56 millones participaron en las votaciones de una lista nominal sin precedentes, en las que Andrés Manuel López Obrador resultó proclamado presidente electo del país.

Con el mayor porcentaje de participación de la historia, y envueltos en un entorno de evidente rechazo al modelo de gobiernos anteriores, más de 30 millones de votantes eligieron, por primera vez en décadas, a un líder de izquierda como presidente de la segunda economía más grande de América Latina.

Es cierto que cuestiones como el descontento colectivo, la evidente corrupción en todos los niveles de la administración pública, los índices de desigualdad, y la creciente ola de violencia e inseguridad en el país propiciaron el entorno perfecto para la aplastante victoria de MORENA en las elecciones. Sin embargo, no se debe olvidar la extraordinaria agenda de negociación que, tanto Andrés Manuel como sus grupos cercanos, alinearon para facilitar la llegada al poder de los nuevos actores. Estos propiciaron, incluso, la preparación de una de las transiciones más tersas que se hayan visto desde que se inició la alternancia en la silla presidencial.

En el marco del lanzamiento de los principales bloques de su propuesta de Gobierno, la correcta administración de los diversos estilos de gestión de los responsables puede significar el éxito o el fracaso de la acción gubernamental. De ello dependerá la construcción de un proyecto a largo plazo, objetivo del partido. No se puede obviar la diversidad de perfiles que MORENA aceptó entre sus filas una vez que la victoria era inminente, provocando divisiones internas y la polarización de sus filas.

De ahí que la prohibición de corrientes o facciones, tanto en los estatutos de MORENA como en el ámbito legislativo, no haya sido impedimento para la creación natural de grupos de influencia que inciden, directa o indirectamente, en la toma de decisiones del primer mandatario.

La clasificación de estos grupos ha sido discutida por múltiples analistas desde diferentes perspectivas, pero debe entenderse como un planteamiento propositivo, y no limitativo, de los perfiles y tipos de vínculos que los integran. Más allá de los nombres, pretende generar un análisis profundo del relacionamiento del presidente electo y la forma en que dichas relaciones pueden incidir en la gestión de los temas del sector público.

Seguramente, la lista de nombres seguirá creciendo ante el reto titánico que representa la transformación que el país necesita. Por ello, más allá de la identificación llana de personajes, será necesario, para todos los actores de la escena nacional, entender los cambios que ha traído lo que muchos vislumbran no sólo como un cambio de sexenio, sino de régimen.

Para las compañías y las organizaciones, el conocimiento de estos grupos de influencia permitirá segmentar de mejor manera los esfuerzos de comunicación y colaboración con el fin de enfocar el desarrollo de inteligencia en aquellos perfiles con mayor oportunidad de incidir en las decisiones de alto nivel.

Autores

Rogelio Blanco
Marilyn Márquez

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